Señoras y señores hoy trataremos del imperialismo (I)

Con ese verso empieza el poema Teoría y práctica de Benedetti que habla sobre el imperialismo o, más bien, de lo que no es imperialismo.

En este caso sí hablaremos de imperialismo, del neocolonialismo imperial. "Nuestro" "querido" Banco Santander, de nuestro "querido" señor Botín, tiene 26 sucursales en Montevideo y 12 en el resto del Uruguay.

Uno podría pensar que este hecho podría tener un lado positivo. En este caso sería, viendo el factor individual, que un usuario del Banco Santander al que le guste viajar se le facilitan las cosas al disponer de las 10.200 sucursales que el Banco tiene en todo el mundo.

Nada más lejos de la realidad, el Santander de Uruguay sólo tiene en común con el español tres cosas: el nombre, el logo y el dueño. Un usuario del Santander de España no tiene ninguna ventaja en el Santander de Uruguay.

Los sinsentidos del capitalismo, de la globalización económica, de que el Santander sea el banco más importante de España pero sólo para su dueño, no para el usuario.

Mientras, tan al Sur que se pensaba que era el Norte, la pobreza sigue aumentando.

Días de vino y rosas

Aprovechando que todavía no han empezado las clases, decidimos ir a visitar el Cerro de las Ánimas, el punto más alto de Uruguay que, buscando en internet, resulta ser el segundo por detrás del Cerro Catedral. Tan sólo a 501 metros del nivel del mar se levanta una pequeña montaña ubicada en una reserva natural a la que se puede acceder previo pago.

Desde la cima se podía avistar Piriápolis, un pequeño pueblo turístico cerca de la montaña, Punta del Este, la ciudad turística por excelencia, y, a lo lejos, Montevideo.

Cuando decidimos bajar, no teniendo muy claro como llegar a Piriápolis, anduvimos unos 5 kilómetros hasta llegar al mar, que todavía no es mar porque delimita la desembocadura del Río de la Plata y el océano Atlántico.

"¿Derecha o izquierda?" Es la pregunta que hace que un viaje se convierta en una aventura y no en un guión predefinido de antemano. "Izquierda siempre" dirían algunos. Esta vez fuimos a la derecha y a un kilómetro andando paralelos a la playa nos encontramos con un hostal que, aparentemente, estaba cerrado al ser todavía principios de la primavera. Finalmente conseguimos contactar con el sereno que se encargaba del mantenimiento de las instalaciones. 300 pesos la noche (12 euros) en un bungaló de seis con cocina, piscina climatizada, mesa de ping-pong, a 50 metros de la playa, sólo para nosotros, nos hizo dudar poco de que no existía un mejor sitio para pasar la noche después de un día cansado en la montaña.

A la mañana siguiente, independientemente de la temperatura, nos fuimos a la playa a bañarnos en el mar de agua dulce. Mucho sol, mucha playa, mucha paz.
Cansados de disfrutar de una inmensa playa sólo para nosotros, fuimos finalmente a Piriápolis a comer y agarrar ("coger" aquí tiene otro significado) el bus que nos llevaría de vuelta a Montevideo. El pueblo no tenía nada de especial, hicimos bien de, aunque sea una vez, ir hacia la derecha.


Mañana finalmente nos mudamos a nuestra nueva casa. Pronto pondré las fotos para que veáis la belleza de la casa colonial que hemos tenido la suerte de encontrar y la que espero que alguno de vosotros lleguéis a conocer.

Besos a todos, sin distinción ninguna, sin excluir a NADIE.

"Vendimos el alma a muy bajo precio,
siempre a todo trapo, cruzar a piñón por el medio.
Nunca el miedo nos frenó"

Fase 1. Adaptación

Avión, mochila, Guille; la historia se repite. Retrasos, cancelación de vuelo, pérdida de equipaje; todo acaba saliendo bien.

Me actualizo y esta vez, en vez de aquellos largos emails, utilizaré, cual chico del siglo XXI, este blog como herramienta de comunicación con vosotros mis queridos. Espero no extenderme excesivamente, como de costumbre, en las entradas puesto que, al ser la mayoría chicxs de la ESO, aprendimos que lo de leer mucho provocaba una urticaria crónica no compatible para triunfar en la vida (y así nos va).

Haré una futura entrada con características de la ciudad de Montevideo y algo de su historia pero, la primera sensación que uno se lleva es que es una ciudad del sur de Europa. Las comparaciones precipitadas suelen ser erróneas y espero que así sea pero, hasta el momento, uno tiene la sensación de no haberse alejado mucho de Madrid, estando realmente a 9.948 kilómetros de distancia.

Hay algo diferente que destaca sobre todo lo demás; la amabilidad y cercanía de la gente. A mí, con mi característica frialdad (auto)defensiva, es algo que aún me cuesta asimilar. Con el tiempo os confirmaré si es una realidad o una sensación transitoria.

La segunda noche, también segunda salida nocturna, fuimos a un conciertazo de La Chancha, un grupo uruguayo que lleva más de 20 años tocando. A algunos os sonará porque Reincidentes hizo una versión suya en su disco América: canciones de ida y vuelta de la canción Comerse un Buey.

Os dejo un tema suyo, Donde quiera que estés, para que os deleiteis un poco.

Y otra,

Ahora, mientras se aleja el invierno por el Atlántico rumbo a Europa, es hora de buscar piso.

Fase 1. Adaptación -- Superada satisfactoriamente

"A un millón de años luz de tu mente"