Vuelta a las andadas

Después de despedidas momentáneas, de bienvenidas esperadas. Después de celebraciones inusuales, de calor cuando tocaba frío, del calor que mata el frío. Calor de bienvenida, frío de despedida. Lucha de intereses, balanza a favor.

Después de poner fecha al punto final de mi exilio obligado que se espera punto y seguido, aunque sólo sea como medida necesaria para que duela menos aún sabiendo que es un final asegurado. Lucha de intereses, balanza adversa.

Después de Galeano y su "Los hijos de los días", de Serrat y Sabina y su sobrada pesadez, de viajes en el tren que Leño nos cantaba, de sentarse otra vez en la mesa a escribir, a centrarse en las obligaciones que poco tienen de ello.

Justo dos años después de que pisara por primera vez Bolivia, un 12 de abril, volvería a ella cual imán que se mueve por obligación fuera de toda resistencia. Antes de ello, el norte de Argentina, un norte que nada tiene que envidiar culturalmente a Bolivia o a Perú. El imperio incaico, pese a su desaparición hace cinco siglos, tiene más arraigo cultural que la imposición fronteriza de la modernidad.

Salta, Tilcara, Purmamarca, Humahuasca, la Quiaca, Villazón, Tupiza, Uyuni y su impresionante Salar.  Y Bolivia sigue siendo absolutamente caótica pero su imponente belleza crea una incontrolable atracción, cual mujer perfecta. Amor y odio. Lucha de intereses, batalla continua.

"Codo con codo, primavera y tempestad luchando en el lodo,
una mezcla de maldad y de buenos modos, 
un recuerdo que nunca quiero olvidar"

Iemanjá

El pasado 2 de febrero se celebró en Playa Ramirez (la playa más urbana de Montevideo) el Iemanjá, una festividad en honor a la orisha femenina con el mismo nombre. El origen de esta festividad es africano, de la religión Yoruba y su arribo al continente americano se produce con la llegada de esclavos africanos que los colonizadores europeos llevaron a América.

Para conseguir mantener sus costumbre sin que la Santa Inquisición ejerciera su función educativa, los esclavos africanos al igual que hicieron los indígenas americanos, utilizaron el sincretismo relacionando a la diosa y su culto con la Virgen María.

El culto a la diosa se sigue manteniendo en la actualidad y durante esa noche se reúne gran cantidad de personas en la playa para ofrecerle los tributos mediante cánticos, bailes, hogueras y ofrendas en pequeños barquitos que se pierden en el mar. Se pierden en el mar si los raterillos no se hacen previamente con las ofrendas que portan los barcos puesto que mucha gente pone joyas y dinero.

El culto a Iemanjá se hace también en otros países de América Latina, especialmente en los que recibieron población negra, como Brasil y nuestra querida Cuba.

Amor y violencia

El capitalismo, que no entiende de amor, en su afán por reducir el número de trabajadores de las cadenas productivas no contó con que las personas se reproducen, generando una masa sin nada más que amor y pobreza que tardará poco en recuperar violentamente lo que les ha sido negado. Y el tiempo corre y el odio crece.

Lo sé, lo sé, lo sé...

La cuna de la Democracia

España, tarde o temprano, arderá como la Acrópolis

Buenas vibraciones

El hijo de nuestro casero, todo un genio


Nunca olvides eso

"Si tenemos carencias otras cosas las bordamos,
tenemos exigencias que no nos perdonamos
y aún tenemos la certeza de que saldremos del paso"

Valizas

Siento poner estas fotos cuando en España hay una ola de frío, la gente está de exámenes y demás depresiones generalizas. Mucha suerte a todos y todas, también a los que están exiliados.

Cuatro días en Valizas, pueblo hippie por excelencia, con visita a Cabo Polonio y vuelta andando por la playa. Más no, más sería injusto.

On the road

La costa este uruguaya se considera a la parte costera que va desde Montevideo hasta la frontera con Brasil, en donde en apenas 341 kilómetros existen numerosos lugares dignos de visitar. La costa se recorre, en su inmensa mayoría, por la conocida como Ruta 10. Objetivo localizado. Nos dispusimos a salir rumbo hacia esa ruta sin fijarnos un cronograma predefinido, por construir un encanto prefabricado. Cuestiones sentimentales. Furgoneta china de 9 plazas, 6 viajeros, mapa y mochilas. La primera parada queríamos hacerla pasado Punta del Este, ciudad cheta (pija) por excelencia no sólo de Uruguay sino de toda América Latina. Después de un baño en Atlántida, un café cheto en Punta del Este llegamos a José Ignacio. En sus afueras, en un camino de arena que daba a la playa, nos quedamos cruzados al no poder meter la marcha atrás y salir un extraño líquido del pedal de embrague. Nos tocaba dormir allí mismo. Paseo nocturno por la playa, baño mañanero, llamada al mecánico y siguiente etapa a la vista. Tras pasar la laguna Garzón en un barco que nos llevaba a la otra orilla, empieza a salir un extraño humo blanco en el interior de la furgoneta. Otra parada inesperada, sacar el equipaje y comprobar que no estaba en llamas. Negativo. Podemos seguir hasta Rocha, capital del departamento con el mismo nombre. Esa noche llegamos a la Pedrera a dormir en un camping ecológico que de eco tenía poco pero que aún nos recordaban de nuestra loca visita de Año Nuevo. Baño en la playa, asado de verduras acompañado de arroz entre las tiendas de campaña, descanso. Siguiente parada, Valizas pueblo hippie donde los haya y a donde volvemos dentro de dos días. Tormenta, ducha conjunta en la playa, borrachera y humedad nocturna dentro de la furgo. Buen día. Seguimos, Santa Teresa. Parque Natural con una gran fortaleza de época colonial y en donde la acampada era mucho más libre. Allí pasamos dos días, haciendo asados en pleno bosque y desde donde fuimos a Chui, ciudad frontera con Brasil cuya calle central divide los dos países. Compras baratas, tránsito, movimiento. Vuelta a Montevideo, sin arrepentimientos, sin odiarnos, probablemente más unidos, con muchas cosas nuevas en la mochila.

El título y la estructura de esta entrada guardan directa relación con la novela de Jack Kerouac.

Año Nuevo 2012, La Pedrera

Si el mundo se acaba en 2012, lo empezamos de la mejor manera posible. Rock!

Días de calor

Calor en las calles. Empieza el verano a la par que las Navidades, dentro de esa atractiva irracionalidad que tiene América Latina. Pocas luces navideñas iluminan las calles. Es complicado hacerse a la idea que estamos en esas fechas tan relacionadas con el frío. Se agradece.

Calor por dentro. Me encuentro en momentos muy cálidos interiormente. Me siento realizado con las últimas asignaturas del master y, especialmente, con el tema de la tesina. Un calor que, en parte, no creo que sea tan bueno puesto que, al tener tan altas expectativas es más fácil sentir luego momentos de bajón. Cuestión de futuro saberlo, el presente calienta.

Calor aún más adentro. Un calor que hace años que no sentía, que llegué a plantearme que desconocía y que se agradece a niveles extremos sentirlo. Aún así, sigue dando vértigo.

Calor por fuera. Un calor anecdótico. Durante esta semana se ha celebrado en Montevideo una Cumbre del Mercosur. Parece ser, aunque aún no está del todo claro, que pronto Venezuela formará parte del Mercosur por lo que se invitó a Chávez a la cumbre. Paseando por la Rambla, a eso de las 20:00, mientras esperábamos a que cayera el sol en esos espectaculares atardeceres montevideanos, pasamos por delante de la sede de Mercosur. La idea de seguridad que tenemos en España dista inimaginablemente de lo que es aquí. Nos acercamos a la puerta y preguntamos a un policía si iban a salir los presidente reunidos dentro, a lo que nos contestó que sí. Después de esperar un buen rato, fueron saliendo de a uno. Primero Fernando Lugo de Paraguay, después Dilma de Brasil, Cristina F. Kirchner...Chávez fue el último. "Comandante resiste", gritamos mientras aplaudíamos cual quinceañeras al ver a Justin Beiber. Antes de meterse en el coche oficial, se salta el protocolo, se dirige a nosotros y me da la mano, momento en el que una horda de periodista me rodean para hacerle las respectivas preguntas...
Sí, me transmitió energías revolucionarias, no daba la sensación que estuviera muy enfermo por lo podéis seguir (in)tranquilos.

Calor, que crea tanta expectación que quema. Pronto viene Manu y los pocos días que quedan parece ser que se me van a hacer más largos de lo esperado. Mientras termino los últimos trabajos del master, vamos preparando los viajes: primero la costa uruguaya un furgoneta, después Brasil y Argentina con punto de unión en las Cataratas de Iguazú...un enero calentito nos espera, porque te lo mereces, porque te han dejado helado y de esa manera sí que no te lo merecias.

P.D. Muchas felicidades A.

Abajo, algunas fotitos...

Navidades...a 40 grados a la sombra


Enseñando las vocales a los gurises de la calle: a, e, i...


Creación de Héctor cuando le quitaron Internet de casa por no pagar...todo un drama


"Pateos por la city,
luces, cámara, acción,
agarrado de tu mano y tu cintura, qué bien.

Dentro sólo rabia, chico,
fuera cuentas con quién..."

Boom!

"Niños en las calles esnifando pegamento
es gris, les viste el triste cemento,
si pudiera devolverles yo el brillo,
si yo pudiera, les daría otra vida entera
porque amarga mi bilis esta visión
y pone miedo en mi corazón,
me trae pena, tristeza y pone rabia a mi labia...

...ay, si del mundo yo tuviera el timón..."



Malas noticias

Nos hacéis sufrir. Siempre nos quedará el recuerdo de Londres, la Riviera, las Ventas, y tantos y tantos otros...



"Humedad, cierta tristeza y algo más se repite otra vez,
todo está en una botella y tan fácil se puede acabar.
Humedad, cierta tristeza y algo más se repite otra vez,
¡tan fácil, tan fácil, tan fácil!"

Ñoquis del 29

La migración italiana que desde finales del siglo XIX recibió Uruguay, introdujo muchas costumbres, tradiciones, palabras del país europeo. Se estima que más de la mitad de población uruguaya tiene algún tipo de descendencia italiana.

Cada 29 de mes se tiene la costumbres de comer ñoquis, un tipo de pasta de origen italiano elaborado a partir de patata. Debajo del plato se pone una moneda o un billete que uno no puede gastar para que traiga más dinero y prosperidad.

El 29, uno de los últimos días del mes, cuando aún uno no había recibido el salario, había que comer comida que su coste de realización fuera lo más barato posible. Además, para salir de aquella situación, había que tener la esperanza de que poniendo algo de dinero debajo del plato se podía salir de esa maldición llamada pobreza.

Nos lo enseñaron nuestras queridas panaderas del barrio (nuestras musas panaderas del barrio), quienes además de hacer un pan, bollería y empanadas de carne exquisitos, cada día preparan un plato diferente de comida. Nuestra madres os deben amar, les decimos por lo bien que nos alimentan. El día 29 hubo ñoquis con 10 pesos debajo del plato para comer en casa.

Montevideo, la ciudad dormida


Pronto más...

Doble vida, vida doble

Y sí, sin dobles sentidos, llega el calor y con él la intensidad docente que se agradece. Muchas clases pero también mucha bicicleta, pantalón corto y chanclas. Momentos de estudio y momentos de placer (muchas veces al mismo tiempo, así de freak). Clases intensivas que continuarán durante las próximas semanas cuando llegará la extraña cálida Navidad y recibiré, ya confirmado, la esperada visita transatlántica. Ganas.

La coyuntura estatal e internacional y, especialmente, la propia interna, me obligan, aún sin confirmar, a volver a Montevideo una vez terminado el Taller de Investigación que tengo que realizar en Madrid durante el mes de febrero. Se rompe la rutina de la búsqueda continua del calor aunque, como bien sabéis, el frío y el calor no siempre se mide con datos climáticos.

Y un murmullo resuena por la Moncloa, "¿vuelven?, no puede ser...". Efectivamente, señor Botín, se habla de nuestra necesaria vuelta, el retorno de "Crónica de una Crisis Anunciada" para demostrar la correlación de las revueltas sociales en cualquier parte del mundo a través de los medios de comunicación. Y es que...

"Un fantasma recorre" el mundo

Datos climatológicos

Llega el calor después de una tormenta atronadora que avisaba que en España también llovía. Y es que allí, después de la tormenta no vendrá la calma, no. Vendrán el granizo, un granizo que dolerá, que caerá en cada una de las partes del cuerpo, que dejará marca. Y el invierno será largo. Algunos hablan de perpetuo, otros piensan que pesará tanto la nieve que se hundirá sin dejar huella. Al fin y al cabo, todo el mundo sabe que después del otoño viene el invierno, no sé de qué nos sorprendemos, sólo hay que mirar a la Historia.

Y el cambio climático hace estragos y de unas primaveras inimaginables durante el anterior invierno, volvemos de nuevo al invierno. ¿Volvemos de nuevo al invierno o es que todavía no hemos salido de él? Sólo es cuestión de tiempo saberlo.

Pero aquí llega el calor, un calor que eclipsa el frío de otros lugares. De comparecencia nos hablan los cálidos habitantes de estos lugares. Ellos, al igual que también nosotros, tuvieron inviernos peores. Ahora el sol les calienta pero yo sigo sin ponerme del todo moreno, aspiro a estar aún más cerca de él para no tener que volver a pasar frío. El sol no quema la retina, es todo un bulo histórico, solamente hay que saber enfocar bien la mirada.

Datos, datos, todo son datos...datos climatológicos.

"Cuando la burguesía ve que el poder se les escapa de las manos,
alzan el fascismo para mantener sus privilegios."

Malos pensamientos


"Las banderas de mi casa son la ropa tendida.
En mi casa, las banderas son los pájaros sin amo,
y una chica, qué ligera, salta del bus a la acera.
En mi casa, las banderas son de todos los colores:
son el amor y la lluvia en noches de luna lunera.
En mi casa, las banderas están hechas de agua pura;
son los duendes del parque que registran la basura.
Las banderas de mi casa son la ropa tendida."

Cabo Polonio

A veces uno sueña en huir, dejarlo todo. No mirar atrás. Empezar una nueva vida lejos del mundanal gris. Huir, empezar de nuevo. Tantas veces soñado. Ir a un sitio donde no se pueda llegar en coche, donde no haya cobertura, televisión, ni luz eléctrica. Sin ruidos, sólo paz. Donde la luz de un faro, cada doce segundos, se cuele levemente en la habitación. Por las mañanas, desayunar mirando al mar para atardecer en el mismo sitio, donde delfines asomen sus aletas entre la perfecta línea que traza el sol cayendo en el agua. Sentirse libre, una libertad que da vértigo. Respirar hondo. Por las noches, pequeñas luciérnagas crean luces momentáneas entre la oscuridad, como si fueran estrellas fugaces que puedes rozar con los dedos. Dormir acompañado. Despertar sin hora. Volver a respirar hondo. A los pies del faro, una comunidad de leones marinos habita en total sintonía con el medio. Al otro lado, grandes dunas de arena protegen aquel lugar de la destrucción del ser humano. Playa al norte y playa al sur, océano Atlántico. A veces uno sueña,"nada es real" decía ella.

"Si me escapo, ve a buscarme cualquier día
donde quede alguna flor, donde no haya policía."